Tengo algo que decirte
Sea que somos emprendedores y tenemos nuestro propio negocio o somos colaboradores en alguna empresa, no nos libramos del tan injustamente calificado feedback.
El feedback es una herramienta poderosísima que usada y aplicada de la manera correcta asegura el desarrollo óptimo de las personas y en consecuencia de la empresa. Este espacio, manejado de forma adecuada puede convertirse en un oportunidad de avance, de consejería hacia la solución de problemas, de medición de los avances de tu equipo. Lamentablemente el sólo escuchar la frase “¿Puedo darte feedback?” en muchos casos causa miedo, hostilidad, ansiedad y si no es llevado de la manera adecuada puede llegar incluso a generar mayores problemas destruyendo así el proceso de crecimiento de la persona.
¿Quieres crecer profesionalmente? ¿Quieres que tu empresa crezca? Las organizaciones requieren contar con líderes que sepan desarrollar equipos y para lograrlo necesitas tener la habilidad de brindar feedback correcto y oportuno. Acá algunas recomendaciones:
1. Manéjalo de forma positiva. Esto no quiere decir que no puedas conversar y tratar los espacios de desarrollo, sin embargo es importante que tomes conciencia de que el criticismo duele y genera barreras. La intención de ayudar a la persona se percibe y la intención de criticar por criticar también. Sé honesto contigo mismo y evalúa qué es lo que buscas. Empieza por las acciones positivas que realiza la persona ¿No las encuentras? Búscalas. Luego enfócate en las áreas que necesitas la persona desarrolle. Si logras desarrollar un feedback positivo lo más seguro es que el colaborador lo encuentre útil y busque también mejorar su desempeño.
2. Que sea específico y aplicable. Evita hablar de generalidades y procura ser muy objetivo. Busca que sean hechos observables y no tus propias interpretaciones. Evita usar palabras como “nunca” o “siempre” y asegúrate de que éstas se refieran a la forma en que el colaborador hace o no hace un trabajo y no una critica o elogio general. Por ejemplo, decir “Necesito que muestres tu liderazgo en las reuniones” es muy vago y puede dejar a la persona con poca o ninguna capacidad de acción por la falta de claridad. Es importante que enfoques el feedback en comportamientos deseados, por ejemplo “Me gustaría ver que tú hagas la presentación en una próxima reunión”. Eso me deja con una posibilidad de acción precisa y me da espacio a crecer profesionalmente.
3. Regularidad. No esperes a tener esa única reunión en el año para dar el feedback. La retroalimentación es un proceso vivo y constante, si alguien comete un error no esperes hasta la reunión oficial de feedback para hacérselo ver, convérsalo lo más pronto posible. Sin duda el aprendizaje va a ser mejor en la medida que se recuerde el hecho. El feedback es un proceso continuo de comunicación y desarrollo. Si esperas 3 meses para decirle a alguien que su rendimiento es promedio y expones los hechos que sustentan esa percepción, lo más seguro es que ni siquiera recuerde los detallesy difícilmente se va a lograr aprendizaje alguno.
4. Mantenlo privado. Cuida mucho el momento y el lugar de para dar feedback. Evita manejar la retroalimentación o pero aún, la llamada de atención de forma pública. Esto sólo logrará desgastar las relaciones además de hacer que la persona se ponga a la defensiva y sólo busque justificar su acción en lugar de encontrar el aprendizaje. Darte el tiempo y el momento para ofrecer feedback sobre un asunto en particular no sólo demuestra respeto a tu colaborador sino tu genuina intención de ayudar a mejorar su performance. Hacerlo de manera pública podría tomarse como un acto ofensivo o de ostentación de autoridad.
5. Define metas de desarrollo. La mejor manera de garantizar que un proceso de retroalimentación sea positivo es estableciendo áreas concretas de desarrollo y sus respectivos planes de acción. Acuerda reuniones posteriores de seguimiento para evaluar avances y tener juntos oportunidades de consejos o recomendaciones. Con espacios de crecimiento definidos y metas establecidas la persona puede tener claro qué se espera de él, cómo lo está haciendo y hacia dónde se está dirigiendo.
El feedback no es un proceso fácil, sin embargo con preparación y práctica puedes lograr dominarlo. No olvides tampoco el otro lado de la moneda, y si te toca recibirlo reconoce la valentía de quien lo da. No todo el mundo muestra interés por hacerlo.
Y para terminar recuerda que después de un tiempo olvidamos las palabras que escuchamos pero no cómo nos hicieron sentir.