¡Qué horrible es ser ambicioso!
Si te llamó la atención este título es porque:
- Eres una persona ambiciosa y pensaste “¡ahora sí Virna me perdió!”
- O todo lo contrario, piensas que ser ambicioso no es bueno y sientes que estamos en la misma página.
La ambición es algo que por alguna razón extraña para la cultura latina está vista como mala. Las personas que son ambiciosas son malas, egoístas, codiciosas. Sin embargo, curiosamente para los americanos es un valor que muchos quisieran tener.
Siendo mujer y latina pues el reto se vuelve aun mayor.
Por años me sentí mal por sentirme una persona ambiciosa. Por querer cosas buenas para mi y para las personas que quiero. ¡Y perdón! Me corrijo con la palabra “cosas”, porque la ambición no sólo pasa por lo material, más bien todo lo contrario. Llegar a tener “más cosas” se inicia por desear ser mejor persona, desear mayor impacto, desear crecer, desear viajar, desear resolver, desear entregar.
¿A qué me llevaba el sentirme mal por ser ambiciosa? A quedarme jugando chiquito, porque si me iba muy bien entonces validaría que soy una persona ambiciosa, ¡y eso estaría muy mal!
¿En qué momento me amisté con la palabra ambición? Justamente cuando entendí esto: La ambición y la codicia por lo general se confunden, pero son palabras muy diferentes.
Te invito al video de esta semana donde te comparto más sobre mi reflexión sobre la ambición.